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7 de octubre de 2011

El hombre que saltaba autos(Der Mann, der über Autos sprang) (2010) de Nick Baker-Monteys.



Por Susana Díaz Berrios

El hombre que saltaba autos es la opera prima del director germano Nick Baker-Monteys que se proyectó en el marco de visiones de mundo “Alemania de hoy” en el festival internacional de cine Sanfic 7.

El hombre que saltaba autos resulta ser un filme original, excéntrico e híbrido, dotado de un humor absurdo y, sobre todo, es una apuesta por el género de road movie, una película de carretera que esta vez es recorrida a pie. Se trata de un filme metafísico que trata sobre la voluntad humana, la causalidad y los problemas existenciales en la sociedades contemporáneas, pero sobre todo hasta donde la locura y la libertad están unidas en el viaje en que podemos reencontrarnos con nosotros mismos.

¿Puede la energía de un ser humano generar tanto poder para salvar la vida de otro? El filme narra el viaje de Julian, un supuesto enfermo psiquiátrico -en este caso el héroe posmoderno, charlatán para las autoridades psiquiátricas, quien escapa de la clínica en que se encuentra recluido para salvar la vida del padre de un amigo ya fallecido, quien ha sufrido un infarto. Julian desea transmitir su energía, la que se genera por medio del viaje a pie que debe efectuar hacia el sur de Alemania. Un tema metafísico o de voluntad humana da origen a las motivaciones existenciales del personaje principal, peregrino que posee asombrosas capacidades sobrenaturales. En el trayecto es atropellado por Juliane, una atractiva joven médico, quien siente que ha perdido el corazón y decide recorrer el camino con Julian abandonando todo, a su novio y sus pacientes, con posterioridad se les suma una joven madre, dueña de casa mal tratada por su familia en un viaje de vacaciones. El antagonista es Jean, atormentado policía que se debe a la tarea de capturar al enfermo prófugo, quien también se les unirá.

El amor se insinúa como una posibilidad entre ellos, sin llegar a ser el eje motor de su salvación. Nos enteramos de las razones por las que Julian saltaba sobre los autos, de la razón de su viaje en el que rechaza cualquier tipo de ayuda.

Una buena película dotada de un visualidad sugerente junto a un guión original que permite a través de nuevos códigos, enfrentar al espectador a creer en la causalidad y las energías sobrehumanas que podemos generar.

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