Seguidores

31 de agosto de 2007

Lola de Fassbinder: "Una estética dramática de los altos contrastes"



Fassbinder es uno de los directores más prolíficos del nuevo cine Alemán. Con una sólida formación teatral como actor, director y escritor y un espíritu anarquista y subversivo hace de su propuesta dramática una puesta en escena de alto grado de reflexión crítica.
El eje del filme gira en torno a la doble moral y a la relación de amor, deseo, engaño y crueldad de sus protagonistas. Pero además el drama está sujeto a las variaciones del color como elemento protagónico.
El filme es estrenado en1981.La historia trascurre en el año 1957en un periférico y prospero pueblo de Alemania de pos-guerra. Lugar que refleja un país reconstruido, pero profundamente falso y amoral. Lola( Barbara Sukowa) es la heroína de esta historia, bella prostituta, amante de Schucket(Mario Adorf), quien vive de la construcción de nuevas edificaciones sobre las ruinas dejadas por la guerra, negocio rentable que lo hace ser el hombre más influyente del pueblo, pudiendo lucrar con otra clase de negocios como el cabaret en que ella es la principal atracción.
Lola es una mujer de los bajos fondos. Se obsesiona con enamorar a Von Bohm (Armin Mueller-Estahl) hombre noble e incorruptible, nuevo ingeniero a cargo del Departamento de Urbanismo y Construcción, quien desea hacer de la administración pública una organización estatal eficaz y transparente.
Lola consigue su objetivo haciéndose pasar por una señorita decente pero Von Bohm descubre su verdadera profesión y la abandona.
Schuccket junto a todo su círculo de amigos, hombres de familia, tiene una doble vida. Estos al verse en peligro por las amenazas de Von Bohm quien pretende denunciar todos los negocios clandestinos manipulan la situación diciéndole que Lola necesita un padre para su hija. Von Bohm, como es un buen hombre cae en la trampa y se casa con ella. Todo regresa a la normalidad. Lola continúa como amante de Schucker y los ilícitos negocios se prolongan.
Fassbinder como siempre con su peculiar ironía muestra una sociedad hipócrita y totalmente falsa, potenciando más la situación con el uso dramático de la luz. La silueta de Lola casi todo el filme está bajo los altos contrastes de tonalidades rojas que acentúan la fogosidad y la fuerza de su temple, con variaciones tan explosivas como su carácter. La mujer como objeto erótico es exaltada por el color rojo bajo fondos azules a diferencia de Von Bohm que se ve puro, deprimido y melancólico bajo los altos contrastes de azules contra fondos rojos.
Se construye una experiencia dramática del color creada por la bella fotografía de Xaver Schwarzenberger. Propuesta arriesgada en la forma irreal de abordar la composición cromática que junto a una dirección de arte kitch logra dar una profundidad atmosférica notable en los opuestos perfiles de sus personajes.
La calculada técnica de montaje y de movimientos de cámara, además del parpadeo de la luz, el reflejo de los colores en la piel de los actores, fundidos y desenfoques exaltan las fuertes tonalidades creando un drama visual atrevido, atractivos y de un alto nivel cinematográfico.
Lo kinestésico de su imagen es dado por el juego estético de colores, verdes azules, rojos, morados, amarillos y fucsias todos altamente contrastados y artificiales.
Lola es un filme muy representativo de la obra de Fassbinder que se destaca por los melodramas, el género más característico de su cine. Los filmes de Fassbinder poseen una estética visual reconocible, pero en Lola se apuesta por medio del uso de los altos contrastes a una estética dramatúrgica notable.

30 de agosto de 2007

fatamorgana (1970)



Werner Herzog posee una visión romántica y mística del mundo. Mirada plasmada en el cine a través de la búsqueda incesante de imágenes puras acompañadas de un discurso de aniquilación y desvarío. Se podría decir que es un cineasta maldito, como Rimbaud lo fue para la poesía.
Herzog es un excéntrico soñador que hará cualquier cosa por realizar sus fantasías estéticas. Filma personajes extraños, paisajes de belleza inerte totalmente desolada o naturaleza exótica al borde de la destrucción. Sus experiencias de viajes están ligadas directamente a su cinematografía, y en su caso es importante mencionar algunos hechos de su vida para poder entender su estilo fílmico.
Herzog creció en una granja perdida en un lugar remoto de Baviera. Odiaba la escuela y a los 18 años comenzó a viajar. Sudán fue su primer destino, donde fue mordido por ratas y permaneció cinco días en un establo solitario. En Alemania trabajó en una fábrica de acero ahorrando dinero para hacer sus películas, con una beca se fue a Pittsburg en Estados Unidos, lugar del cual fue expulsado, y luego se traslado a la frontera de México donde se dedico al contrabando de armas.
Herzog dice: was ich bin, sind maine filme (Mis filmes son lo que soy yo). Y sin lugar a dudas los terrenos de la ficción y la realidad se confunden en su cine. Para Herzog, lograr plasmar sus sueños a cualquier precio se ve reflejado en el acto de filmar que se convierte en una aventura peligrosa que pone en riesgo su vida y la de los demás. Como lo señala Jhon Sanderford: “En Fatamorgana documental rodado en el desierto de Sahara, él y su equipo tuvieron que resistir inundaciones y tormentas de arena, al igual que a unas autoridades que se empeñaban en culparles de ser mercenarios, encerrándoles en cárceles infestadas de ratas.
En Fatamorgana los paisajes desérticos son centro mítico del inicio y destrucción del mundo. La belleza inerte de la desolación pasa a ser una premonición de catástrofe y muerte. Los humanos son parte de los paisajes, pero ellos no irrumpen la naturaleza sino al revés: ella habita a los hombres.
Las imágenes en los espacios de proyección pantalla-mente del espectador viven un proceso tan intenso y penetrante que se hace difícil desconectarse de sus cautivadoras imágenes. Herzog crea una experiencia hipnótica a través de la pulcra fotografía que produce una sensación óptica de trance, una aventura hacia la muerte. Discurso apoyado por la voz over de Lotte Eisner, quien recita los diferentes mitos de creación contenidos en el Popol Vuh. Leyendas que encierran una salvaje belleza. Esto constituido por una interesante banda sonora: Leonard Cohen y Mozart.
Sin duda el cine documental tiene muchas formas de representación, pero una de las más lucidas es la que realiza Herzog. Su cine resiste los modelos canónicos aceptados por las formas más tradicionales de pensar. Fatamorgana más que un documental, es un filme experimental. Pero independientemente de cómo se le califique, en la mirada de Herzog vemos las imágenes como nunca las observamos antes. Herzog cambia los puntos de vista del espectador y los esquemas mentales impuestos, introduciéndonos en su laberinto en el que las grandes pasiones son el eje fundamental de toda su interesante y perturbadora apuesta fílmica.
.

Por Susana Díaz